PREPARARSE PARA ELCAMINO
Una vez decididos a hacer El Camino, es imprescindible hacer una buena preparación, no solo física, sino también psíquica y logística.
Físicamente, debemos tener en cuenta las etapas que vamos a realizar, y que en nuestra vida diaria no estamos acostumbrados a andar tantos kilómetros ni a llevar ese peso colgado a la espalda.
Así que tendremos que empezar por hacer salidas diarias a caminar, en principio no hace falta que sea de más de una hora u hora y media, pero conforme vayan pasando los días y nuestro cuerpo se vaya haciendo, deberemos incrementar el tiempo de nuestras salidas, y empezar a cargar con la mochila.
Si podemos andaremos por terreno montañoso o al menos con fuertes subidas y bajadas, para que los músculos se acostumbren a lo que vamos a encontrarnos en El Camino. Varía mucho el andar por llano a andar con pendiente. ¡¡Os aseguro que descubriréis músculos que no sabíais ni que existían!!
Lo ideal seria terminar con salidas de una longitud similar a las etapas que nos planteemos para el camino, pero no siempre tenemos tiempo para esto, así que cuanto mas podamos andar, mejor que mejor.
Muy importante es el tema de la mochila y el peso. Es conveniente que nuestras salidas de entrenamiento la hagamos con la mochila que vayamos a llevar a Santiago y con un peso aproximado al que llevemos. Si lo hacemos así nos ahorraremos más de un disgusto cuando empecemos El Camino, ya que es muy frustrante darse cuenta una vez comenzada nuestra peregrinación, que no somos capaces de llevar nuestra más cercana compañera de camino.
Muy importante también es hacer el entrenamiento con la ropa y el calzado que vayamos a utilizar, para asegurarnos que no nos produzcan rozaduras y que sea lo más cómoda posible.
Psíquicamente, tenemos que ser conscientes de que no nos vamos de paseo. Que habrá momentos muy difíciles, ( y otros muchos muy agradables) , en los que tendremos que afrontar con más fuerza de animo que de piernas, subidas o bajadas complicadas.
Además es muy probable que pasemos muchas horas en silencio, para lo que también hay que estar preparado, que todos no sabemos llevarlo demasiado bien.
Logísticamente, hay que pedir las credenciales, no es cosa difícil, pero que no se nos olvide. Sin ellas no podremos dormir en la red de albergues del Camino. Existen numerosas asociaciones de amigos del Camino de Santiago, donde os la podrán facilitar, y si no tenéis ninguna cerca preguntad en vuestra parroquia, que seguro que os saben indicar.
Planificar las etapas no es difícil, hay muchas guías que os recomendaran las etapas más habituales, si no queréis complicaros demasiado seguid sus indicaciones que para eso las hicieron. Pero si tenéis un poquito de curiosidad preguntad a gente que ya haya hecho El Camino, que seguro que os saben decir cositas que no aparecen en las guías.
Físicamente, debemos tener en cuenta las etapas que vamos a realizar, y que en nuestra vida diaria no estamos acostumbrados a andar tantos kilómetros ni a llevar ese peso colgado a la espalda.
Así que tendremos que empezar por hacer salidas diarias a caminar, en principio no hace falta que sea de más de una hora u hora y media, pero conforme vayan pasando los días y nuestro cuerpo se vaya haciendo, deberemos incrementar el tiempo de nuestras salidas, y empezar a cargar con la mochila.
Si podemos andaremos por terreno montañoso o al menos con fuertes subidas y bajadas, para que los músculos se acostumbren a lo que vamos a encontrarnos en El Camino. Varía mucho el andar por llano a andar con pendiente. ¡¡Os aseguro que descubriréis músculos que no sabíais ni que existían!!
Lo ideal seria terminar con salidas de una longitud similar a las etapas que nos planteemos para el camino, pero no siempre tenemos tiempo para esto, así que cuanto mas podamos andar, mejor que mejor.
Muy importante es el tema de la mochila y el peso. Es conveniente que nuestras salidas de entrenamiento la hagamos con la mochila que vayamos a llevar a Santiago y con un peso aproximado al que llevemos. Si lo hacemos así nos ahorraremos más de un disgusto cuando empecemos El Camino, ya que es muy frustrante darse cuenta una vez comenzada nuestra peregrinación, que no somos capaces de llevar nuestra más cercana compañera de camino.
Muy importante también es hacer el entrenamiento con la ropa y el calzado que vayamos a utilizar, para asegurarnos que no nos produzcan rozaduras y que sea lo más cómoda posible.
Psíquicamente, tenemos que ser conscientes de que no nos vamos de paseo. Que habrá momentos muy difíciles, ( y otros muchos muy agradables) , en los que tendremos que afrontar con más fuerza de animo que de piernas, subidas o bajadas complicadas.
Además es muy probable que pasemos muchas horas en silencio, para lo que también hay que estar preparado, que todos no sabemos llevarlo demasiado bien.
Logísticamente, hay que pedir las credenciales, no es cosa difícil, pero que no se nos olvide. Sin ellas no podremos dormir en la red de albergues del Camino. Existen numerosas asociaciones de amigos del Camino de Santiago, donde os la podrán facilitar, y si no tenéis ninguna cerca preguntad en vuestra parroquia, que seguro que os saben indicar.
Planificar las etapas no es difícil, hay muchas guías que os recomendaran las etapas más habituales, si no queréis complicaros demasiado seguid sus indicaciones que para eso las hicieron. Pero si tenéis un poquito de curiosidad preguntad a gente que ya haya hecho El Camino, que seguro que os saben decir cositas que no aparecen en las guías.
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