2 de mayo de 2009

AMPOLLAS

O esas incomodas compañeras de camino...
Y como tal, lo mejor es que no vengan con nosotros y para ello no hay nada mejor que evitar que salgan, entrenando con el calzado que vayamos a usar durante nuestra peregrinación.El calzado siempre debe ir bien ajustado, y los calcetines también, bien estiraditos, sin arrugas ni pliegues. En las tiendas de deporte venden unos calcetines anti-ampollas que van muy bien, sin costuras y que se adaptan de maravilla al pie.

Si a pesar de todo empieza a rozar alguna zona, aún se puede evitar la ampolla, si estamos atentos:
Pararemos si nos molesta alguna zona de roce y si vemos que empieza la rozadura (está rojo y escuece al rozarlo) o incluso hay una ampolla pequeña, se puede cubrir con un trozo de esparadrapo (sin que haga pliegues) y seguir andando como si nada... con los días esa zona se ira haciendo dureza y no habrá riesgo de ampolla.
Si hemos llegado tarde y ya hay ampolla, venden en las farmacias tiritas especializadas para incluso según que parte del pie, que cubre y cura la ampolla, aliviando el dolor. (Marca Compeed o similares)
Si la ampolla se ha hecho demasiado grande e impide calzarse, la pincharemos, con una aguja desinfectada para vaciarla, curándola después con alcohol y betadine.
Si la ampolla se ha roto sola, la curaremos al menos 2 veces al día con betadine.
Tengo que agradecer a Santy, medico y peregrino experimentado la colaboración en este tema. ¡¡Un abrazo!!



2 comentarios:

MARIA DEL MAR dijo...

Y espero que a mí la idea para incluirlo en el Blog ;P. Más que nada, por ser sufridora de ellas.
Besotes

Joaco dijo...

Pues llevas razón... al Cesar lo que es del Cesar...

¡¡Por cierto se admiten sugerencias o dudas!!
un besote