LEYENDA DEL MILAGRO DE O´CEBREIRO
Cuenta la leyenda que en la iglesia de Santa María la Real de O’Cebreiro un monje oficiaba la misa diaria con malestar por no tener apenas fieles que acudieran a la Eucaristía.
Un día de fuerte nevada y ventisca comenzó la misa solo en la iglesia y ya avanzada la celebración entro un campesino empapado y muerto de frío. Al verlo el monje no pudo evitar pensar: “Pobre Hombre, venir con este tiempo, exponiéndose a morir por el camino, solo para arrodillarse ante un poco de pan y vino”.
Continuó celebrando la Eucaristía y a la hora de la consagración el fraile vio, como el pan se convertía en carne y el vino se convertía en sangre en sus manos.
Al punto el sacerdote cayó al suelo, acudiendo el campesino a socorrerlo, pero cuando se arrodillo junto a el, este yacía muerto.
La noticia pronto se propagó entre las gentes de la zona que lo atribuyeron no a la Fe del campesino sino al Cáliz de la celebración.
Un día de fuerte nevada y ventisca comenzó la misa solo en la iglesia y ya avanzada la celebración entro un campesino empapado y muerto de frío. Al verlo el monje no pudo evitar pensar: “Pobre Hombre, venir con este tiempo, exponiéndose a morir por el camino, solo para arrodillarse ante un poco de pan y vino”.
Continuó celebrando la Eucaristía y a la hora de la consagración el fraile vio, como el pan se convertía en carne y el vino se convertía en sangre en sus manos.
Al punto el sacerdote cayó al suelo, acudiendo el campesino a socorrerlo, pero cuando se arrodillo junto a el, este yacía muerto.
La noticia pronto se propagó entre las gentes de la zona que lo atribuyeron no a la Fe del campesino sino al Cáliz de la celebración.
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